Mitos y dichos que a veces nos confunden !!!


 Es común que durante las visitas domiciliarias escuchemos comentarios como los que veremos a continuación. ¿Qué significan estas dichos populares? ¿Son ciertos?

“El perro debe estar siempre libre, porque el perro sabe lo que hace. Ponerle correa es coartar su libertad”.

Lamentablemente, este comentario se escucha con frecuencia. Como profesional de la educación canina no lo comparto, ya que la correa no tiene que ser vista como un elemento represivo. Más bien todo lo contrario, la correa es una gran herramienta, no solo para tener al perro a nuestro lado, sino también para trasmitirle calma, educación, estabilidad y límites.

Tal vez la correa o su largo no sea el adecuado para ese perro en particular y se necesite una más larga para darle más espacio. O también puede pasar que el largo sea el correcto, pero se pasea con mucha tensión en ella. Muchas veces la correa provoca mucha excitación, en especial al momento de salir a pasear, y será esta—con un poco de trabajo sobre el tema— la que ayudará al perro a autocontrolarse. Sé gentil con la correa, tratá de que siempre esté con la menor tensión posible y evitá los tirones.

“Usar pretal (o arnés) es malo porque pone al perro en posición de pelea y puede generar conflictos con otros perros”.

Desestimo esto completamente. El pretal es otra gran herramienta que a muchos perros, en especial a los más temerosos, les generará contención y seguridad. Pasear a un perro desde su collar va a provocar que esté tenso e incómodo, ya que toda la tensión que provoque la correa —que será puntual sobre el cuello— repercutirá sobre su columna vertebral.

Si usamos un pretal, la tensión se repartirá en más puntos sobre todo el cuerpo del animal. Verás que paseará menos tenso, se relajará más en el paseo y, llegado el caso de que el perro sea de tirar mucho, el uso del pretal será el primer paso para solucionar ese tema.

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http://www.eduquemosatuperro.blogspot.com.ar/p/tipo-de-collares-cuales-conviene-usar.html

“La mejor solución para un perro problemático es un buen chirlo (o golpe). Es eficaz y demuestra quién manda”.

Si educamos a nuestro perro mediante la violencia física o verbal, él aprenderá a comunicarse de ese modo. Es muy factible que en algún momento se canse de esta manera de comunicación y haga lo mismo con nosotros. También puede suceder que en la plaza empiece a relacionarse con sus pares de esa misma manera y responda usando su mordida o su cuerpo de manera violenta, como pueden ser los actos de dominancia. Seamos claros y generemos un código de comunicación sin violencia.

“Si el perro ladra o hace lío, lo mejor es encerrarlo en el balcón o en el baño”.

Se trata de una pregunta muy amplia, y lo primero que debemos preguntarnos es el porqué de su ladrido. Este puede ser de demanda, por miedo o dominancia o por otros motivos. Lo mejor será preguntarnos cuál es la razón de su ladrido y pensar una mejor manera para solucionar esa situación.

También es cierto que apartarlos de nuestra presencia y llevarlos a parques y plazas, a los que sumaré un canil o un transportín, los ayuda —a muchos de ellos— a bajar el nivel de excitación y así llegar a la calma. Como verás, aquí no hay una respuesta cierta o falsa. A veces este recurso es válido, solo hay que ver cuál es el motivo y la mejor manera de proceder.

“A los perros hay que dejarlos que sociabilicen solos. Si te metés, los ponés nerviosos. Ellos saben cómo hacer”.

Ojalá fuera tan fácil. Hay muchos perros que de cachorros no tuvieron una buena sociabilización, o que de adultos no están habituados a estar con otros perros, como suele sucederles a muchos que viven en barrios cerrados donde no cuentan con espacios para que interactúen entre ellos.

Asimismo, la falta de rutinas de paseos provoca que todo sea inseguridad al momento de pasear y que no sepan cómo relacionarse de una manera equilibrada. Con casos como estos hay que enseñarles progresivamente cómo acercarse a otros perros, qué cosas están permitidas y cuáles no. Debemos ayudarlos a lograr la estabilidad emocional, y aquí el uso de la correa y el pretal será fundamental.

“Si el perro pone la cola horizontal, tené cuidado porque está por atacar”.

No siempre es así. Si bien con la cola horizontal está en una posición de atención hacia un objetivo puntal, muchas veces cuando identifican qué es eso que les llamó la atención cambian su postura, ya sea para jugar, atacar o emitir una señal de calma. Es muy habitual que utilicen esta postura corporal cuando están haciendo algún ejercicio de rastreo.

“Si el perro se come la pared es porque necesita calcio, y la pared tiene calcio”.

Para nada, si tu perro se come la pared es porque está teniendo un altísimo nivel de estrés que deberá ser solucionado a la brevedad. Si no se trata a tiempo, es muy posible que empeore y pueda salir dañado.
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http://eduquemosatuperro.blogspot.com.ar/p/a-muchos-perros-nuestra-partida-y-el.html

Un clásico que no puede faltar:“Perro que ladra no muerde”

Si un perro te ladra muy efusivamente, con mucha expresión corporal, seguro quiere que te alejes y mantengas cierta distancia. Ese no es un buen momento para tocarlo ni mirarlo, ya que seguramente se siente amenazado y se está sintiendo inseguro. Si realmente quisiera atacarte no malgastaría fuerzas en hacer todo esa manifestación.

¿Es posible que un perro te muerda si está moviendo la cola?

Sí, es posible. Muchas veces asociamos el movimiento de la cola únicamente a la felicidad y alegría, en especial cuando nos ven luego de ausentarnos varias horas o cuando estamos jugando ellos. Lo que no hay que perder de vista es que la cola es una terminal nerviosa por la cual se descarga mucho estrés y el perro va a activarla en mayor o menor grado cuando se vea emocionalmente afectado. Ej: El perro si se siente amenazado es muy posible que esté moviendo la cola, o cuando llegamos del trabajo y nuestro compañero nos recibe con una cola muy enérgica lena de felicidad por el reencuentro.   



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